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Rusia 2018

Igor Akinfeev fue el héroe ruso para eliminar a España

Duelo interesante en Moscú. La previa ya palpitaba un choque entre dos esquemas totalmente diferentes. Por un lado, España se encontró en fase de grupos con todos los rivales cerrándoles espacios, siendo la paciencia su principal arma psicológica para ganar el grupo. Por otro parte, el cuadro local ganó firmemente sus dos primeros duelos, pero ante la prueba de fuego versus Uruguay, cayó inapelablemente.

El duelo comenzó con un España repitiendo la idea, pero con diferentes intérpretes. Un 4-2-3-1 con Costa de 9, Nacho por Carvajal, Koke por Iniesta y Asensio por Vásquez. El conjunto hispano pudo abrir el marcador al minuto 11 luego de un balón parado que le pega en el talón a Ignashevich. Los europeos siempre encontraron a receptores libres por el medio, eso indicaba que Rusia no lo obligó a jugar por las bandas, pero le cerraba espacios para que el potencial de velocidad no se viera en desarrollo y el pasador quedara bloqueado. Circuló el balón para abrir espacios, pero sin éxito.

Rusia, que formó con un 5-4-1, no tuvo más de 3 oportunidades para marcar. Presión arriba para obligar a De Gea un saque en largo, provocar errores de España y volcarse en ataque, esa fue su idea todo el primer tiempo. Los hispanos se replegaron rápido cuando Golovin o Samedov tomaban el balón. Llegó el minuto 41 y el iluminado Dzyuba -ganó todas las pelotas aéreas, emitió pases de cabeza- cabeceó y le dio en la mano a Piqué. Penal y no falló el tanque ruso.

En el segundo tiempo, Rusia desarrolló la misma idea. Tirado atrás con 5-4-1 esperando algún error español, pero el físico comenzó a jugar un rol importante. Rusia se vio mermado por cansancio. Sólo un jugador demostró no estar exhausto, Mario Fernandes. Cada vez que Rusia atacó, el lateral participó en el juego. Cuando Rusia defendió, Fernandes bloqueó a Jordi Alba, partidazo del 2.

El conjunto dirigido por Fernando Hierro usó a Koke como ayudante de Ramos y Piqué en la salida. El hombre del Atlético de Madrid dio equilibrio defensivo al elenco, así no quedó vulnerable a las contras y defendió bien. Por tierra no pudo España, obligado a buscar el juego aéreo y cuando se daba la oportunidad Jordi Alba quedaba como central y soltaba a Ramos con Piqué para buscar el gol. Fin del segundo tiempo.

Los tiempos extras fueron más de lo mismo, con una sola diferencia. Aspas ingresó en los últimos minutos del segundo tiempo. Fue en los tiempos extras -sobre todo en el primero- donde provocó un desastre en la defensa rusa. Poco tiempo tuvo para demostrar el potencial. Abrió defensas, remató, asistió.

Los penales no son de suerte, se trabajan. Erró Koke y Aspas. Akinfeev figura y Rusia convirtió todos sus goles. Rusia a cuartos.

El cuadro de Stanislav Cherchésov jamás propuso ataque. Por calidad no iba a superar a España y realizó lo que tenía que hacer. Aguante físico, psicológico y creer en la propuesta pese a partir perdiendo por un autogol fueron las claves. Por otro lado, España nuevamente tuvo paciencia como principal arma. Nuevamente le cerraron los espacios y el cansancio mental fue clave. Durante el trámite del partido no reflejó la posesión de balón en superioridad, no rompió la defensa rusa -en su momento Aspas sí pudo, pero no del todo- y tuvo que ir a los penales.

Foto: Getty Images.

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