Este análisis, hecho por Juan Pablo Venegas, deja en claro algunos de los hechos que volcaron la balanza a favor de los belgas.

Fagner knock out: Bélgica hizo la gran México de Juan Carlos Osorio. Misma intención, distintos intérpretes. Hazard y Lukaku se quedaron arriba fijando a los centrales y al lateral derecho, Fagner. El hombre del Chelsea hizo que el brasilero no se sumara al ataque, obligándolo a defender tras una posible arremetida de Hazard, Lukaku y De Bruyne. A diferencia de Marcelo, Fagner quedó imposibilitado de subir y así Brasil no tuvo la posibilidad de sumar más volumen ofensivo.

7-3: Cuando llegaba la hora de replegarse y aguantar el ataque brasileño, Bélgica defendió con siete hombres. Alderweireld, Kompany, Vertonghen, Meunier, Witsel, Fellaini y Chadli los encargados de bloquear las arremetidas sudamericanas. Arriba se quedaron De Bruyne, Hazard y Lukaku esperando balones para aprovechar con velocidad los espacios que cedió Brasil. Los europeos formaron así un 7-3 y tener con tarea a Miranda, Silva y Fagner.

Espacios: Lo más peligroso que puede realizar un conjunto es ceder espacios, sobre todo a selecciones que sacan provecho de ello con jugadores de cualidades rápidas, desequilibrantes y potentes. En el Manchester City le das espacio y tiempo para pensar a De Bruyne y te liquida convirtiéndose en pasador y goleador. El segundo gol belga fue así. Lukaku con espacios se llevó puesto a Fernandinho, pase a De Bruyne que tiene tiempo y cancha, tiro y gol. Bélgica debe ser una de las mejores selecciones en la Copa del Mundo realizando esto, junto a México que tiene jugadores con gran velocidad -Lozano, Hernández, Vela y Layún-.

Posición de Chadli: El elenco dirigido por el español Roberto Martínez tuvo dos formas de jugar. La primera se observó desde que Bélgica tomaba el balón jugando con un 3-4-3. Pero la más trascendental a medida que se desarrolló el partido -sobre todo en el segundo lapso- fue la segunda línea de 3 que formó con Witsel, Fellaini y Chadli. El jugador del West Bromwich se cerró y abandonó el carril izquierdo para quedar con supremacía numérica en el medio campo, donde Bélgica realmente necesitaba marcar.

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