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COLUMNAS

¿Qué tan importante es la psicología en el fútbol?

Muchas veces en el fútbol se habla que las finales se ganan. Pero el factor anímico o mental es clave. Se lo interpreta de muchas maneras, y se cree que debe ser tratado a fuerzas de arengas.

La realidad es que el cerebro, así como todo el resto del cuerpo de un jugador profesional, debe ser entrenado.

Hay partidos o momentos deportivos en los cuales se piensa también que es donde el psicólogo debe trabajar, y la realidad marca que el psicólogo deportivo debe trabajar durante todo el campeonato. Necesita que los jugadores incorporen los ejercicios, conozcan y puedan potenciar sus emociones o controlarlas para el beneficio de su rendimiento deportivo.

El trabajo de un psicólogo en un equipo es de forma interdisciplinaria, no trabaja solo. Lo hace en conjunto con todo el cuerpo técnico, con el cuerpo médico, y demás auxiliares que conviven a diario con los futbolistas.

La FIFA oficializó el trabajo del psicólogo en el fútbol profesional por medio de la licencia para clubes. Ya no es una opción, es una realidad.

Lograr que un equipo este fuerte mentalmente, y más en una final es una dinámica de entrenamiento como la preparación física. Es diaria, puesta a prueba en cada competencia, superando obstáculos.

Por eso cuando un equipo gana y así cuando pierde no es correcto puntualizar exclusivamente sobre el trabajo de una sola persona. El trabajo es en conjunto. Las derrotas y las victorias son de todos.

Que un equipo gane un torneo, manteniendo una idea de juego, con una dinámica de grupo a la altura de la circunstancia es tarea de todos. Un psicólogo deportivo debe estar en los entrenamientos convencionales en la semana del plantel, en la concentración, y en la competencia del equipo. Estos tres campos de acción son de suma importancia en información, observación y abordaje de la psicología deportiva.

El equipo debe saber naturalizar el aspecto mental y entrenarlo, hay que romper mitos y prejuicios. Cada jugador aprende a superarse física y mentalmente en su entrenamiento. Entonces y solo entonces un equipo logra ese funcionamiento de juego, plasmando la idea del entrenador. Adhiriéndose a la metodología de entrenamiento.

La mentalidad de un equipo campeón, se entrena a diario, sobre ensayo y error. Son muchos los actores que participan dando su aporte. Y es el jugador quien hace de intérprete para lograr plasmar todo ese conocimiento y transformarlo en rendimiento deportivo óptimo.

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Por eso una final no será algo improvisada, ni mucho menos como se levante el jugador, sino más bien, meses y años de trabajo. Plasmar todo en la final será el desafío.

Así un equipo logra obtener esa mentalidad de campeón. Se construye, se entrena y se celebra.

Lic. Pablo Sucarrat

Psicólogo deportivo

Foto: Hernán Contreras / Comunicaciones Coquimbo Unido

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