Pep Guardiola, historia y evolución del técnico multicampeón

El próximo sábado que se avecina se llevará a cabo una nueva edición de la final del torneo de clubes más importante de Europa (y probablemente del mundo).

El duelo entre Manchester City e Inter de Milán, a disputarse a las 15 horas (de Chile), llama la atención por ser una final “poco típica”. Por un lado, el cuadro inglés, actual campeón de la Premier League, buscará su primera Champions y consolidar, por fin, su ambicioso y multimillonario proyecto. A su vez, el equipo interista buscará su primera liga de campeones en casi 15 años.

Pero la final de este sábado tiene otra historia detrás, y es aquella que podría significar la consolidación de Josep Pep Guardiola como el mejor técnico del siglo XXI y uno de los mejores de la historia del fútbol.

Los inicios de Pep

Los últimos pases de Guardiola como jugador se dieron en México, precisamente en el Dorados de Sinaola. Después de su paso por el país azteca, Josep Guardiola Sala (1971), un declarado admirador de Marcelo Bielsa y discípulo de Johan Cruyff, inició su trayectoria como entrenador asumiendo el Barcelona Athletic, más conocido como el Barcelona B en el año 2008.

Siendo técnico de la filial blaugrana, Pep Guardiola dirigiría 42 encuentros, ganando 28, empatando 9 y perdiendo apenas 5 encuentros en su época. Pero el 73,8% de rendimiento obtenido por el catalán no sería sino solo una demostración cuantificable de lo que sería su paso por el equipo B del Barcelona. Su mayor demostración de éxito vendría con lo mostrado en cancha, donde tempranamente dejaría de manifiesto el perfeccionamiento constante del estilo que lo había hecho exitoso como jugador, siguiendo los pasos de su maestro, Johan Cruyff.

De la mano de jugadores prometedores del fútbol español, Guardiola rápidamente demostró en su época que estaba hecho para grandes cosas. Con la filial blaugrana, Guardiola sería campeón de la en ese entonces Tercera División de España ante el Europa F.C. ¿Quiénes fueron los protagonistas? Víctor Vásquez, un prometedor todo volante y mediapunta español que triunfó, eso sí, fuera de España, siendo estrella del Brujas de Bélgica; Oie Oiarzabal, uno de los arqueros con más participaciones en la selección española sub 21 ibérica; y un tal Sergi, o como después sería conocido por el mundo entero con su nombre verdadero, Sergio Busquets, volante de corte que revolucionaría el mundo con su simpleza y talante táctico y multicampeón con el Barcelona y Campeón del mundo con España.

El primer equipo

Siendo plenamente claro y estando al tanto que el éxito que había alcanzado el Barcelona luego de la Champions que en 2006 le ganó al Arsenal, con un deslumbrante Ronaldinho y un prometedor e irreverente Lionel Messi, Joan Laporta y la junta deportiva del F.C. Barcelona desistirían de los servicios de otro icono del fútbol total, Frank Rijkaard –también discípulo cruyffiano-, entregándole plena confianza en la dirección de la primera plantilla, que si bien – como buen Barcelona- tenía principios del fútbol que pretendía instaurar Guardiola, le faltaban una serie de retoques, sobre todo por el lado de la disciplina.

“Si tiene que irse alguien, pues no me temblara la mano en sacarle”, esas fueron la declaraciones que vertió Guardiola a la hora de ser consultado en una de sus primeras conferencias de prensa al mano del primer equipo blaugrana por los que, en ese entonces, eran los rumores sobre la salida de Ronaldinho y Deco, baluartes del proceso anterior, del club (salidas que terminarían dándose, por cierto).

Decidido a ser uno de los mejores, Pep comenzaría rápidamente a imponer sus condiciones. Pero a pesar de ello, no podría en su debut contra el Numancia, perdiendo 1-0, enfrentándose a lo que era una fiera retaguardia. Los inicios no serían fáciles, pero ya se daban entrever lo que sería el estilo Guardiola.

A pesar de la derrota, el vértigo y la asociación ya se hacían sentir. Con un 3-4-3, con Tito Vilanova como segundo al mando, y con una evidente obsesion por los detalles, Guardiola usaría ese partido como su gran experimento de pruebas, haciendo entrar al canterano Bojan y al tradicional volante africano Seydou Keita, quienes rápidamente asimilarían las intenciones del catalán, demostrando el asedio al arco a través de la creación de sociedad incluso melimetricas y en pequeños espacios dentro de la cancha, siempre con la vocación de avanzar, ya sea con la posesión (la mayoría del tiempo), o bien mediante la agrupación para recuperar el balón rápidamente.

Pep Guardiola rápidamente corrigió los errores y enmendó el rumbo, consagrándose campeón en su debut liguero, imponiéndose en base a un fútbol asociativo, progresivo, fuerte pero distinguido en cuanto a la calidad técnica, esquematización y dinámicas dentro de la cancha. Terminaría primero en todas las competiciones que debutó, obteniendo el tan ansiado y necesario triplete. La era de Pep Guardiola en el fútbol había comenzado.

Bayern Munich y el inicio de la transición

Habiendo sorprendido a propios y extraños, logrando consagrar al que para muchos es el mejor equipo del siglo (me incluyo) y haber conseguido todos los títulos que disputó, su 78,8% de puntos logrados son la muestra cuantificable del éxito obtenido en el que es el club de su vida, Guardiola decidió dar un paso más allá y convertirse, en la temporada 13/14, en técnico del Bayern Munich, donde junto con volver a llenarse de títulos, comenzaría un proceso de mejoras tácticas.

En el cuadro bávaro, un equipo cuya idiosincrasia siempre de ir hacia adelante y de una fiereza y bravura por recuperar el balón, Guardiola usaría ese propio gen donde la intensidad es ley para añadirle su propio estilo, aquel del toque, posesione en intensidad de manera tal que ambas formas se cohesionaron, creando un fútbol rápido, dinamico y de transiciones veloces con las que encajonaba y “asfixiaba” a sus rivales.

Respecto a este proceso evolutivo y adaptativo, desde un punto de vista táctico, el periodista Gonzalo Foullioux declara que “Guardiola es un tipo que, desde el éxito se está reinventando todo el tiempo, y desde ahí, lo vivido en Munich, por ejemplo, donde es un fútbol más vertiginoso, se fue acomodando, siempre fiel a su identidad pero también atento a los contextos, lo mismo le paso en Inglaterra. Entiende muy bien las cosas que tiene que hacer para superar al rival”. Tal y como se titula el libro de Marti Peranau, Metamorfosis Guardiola, el catalán, en su estadía en Alemania, sería protagonista de una serie de cambios y pequeñas revoluciones desde su propio quehacer.

Manchester City, ¿la versión definitiva?

Cuando se pensaba que Guardiola, luego de dominar el mundo del fútbol con el Barcelona y el Bayern Munich, siendo el mejor técnico del mundo constantemente, había alcanzado una especie de techo o pináculo, tomaría otro desafío, uno que tenía sabor chileno.

Luego de que Manuel Pellegrini saliera campeón, hace ya casi diez años, con ese agonico gol de Sergio Agüero ante el Queens Park Rangers, Guardiola asumiría para la temporada 2016/2017 la dirección técnica del Manchester City y la revolución de todo un megaproyecto liderado por el City Group.

Si bien la estadía de Guardiola no ha estado exenta de titubeos y ciertos fracasos, también ha sido parte esencial de su evolución a nivel de conducción y táctica, marcando, al día de hoy, ciertos precedentes en cuanto lo que ha sido ser Guardiola.

Respecto a esto, nuevamente, Gonzalo Foullioux declara lo siguiente “Guardiola se ha adaptado constantemente, sobre todo en el City. Ha mantenido su identidad, pero busca matices tácticos, como cuando pase de línea de cuatro a línea de 3. Llevó a su máxima expresión lo de “el rival es parte de ti” (frase de Juanma Lillo, mentor de Guardiola), para lo que, durante su estadía en el City, sobre todo, lo ha llevado a buscar variantes, como tener en su equipo a alguien re rebota y se asocia bien como Halaand”, afirmó.

El, hasta ahora, 77,8% de rendimiento obtenido al mando de los Citizens – manteniendo un promedio aproximado de 76% de rendimiento a lo largo de su carrera- son, como en las otras ocasiones, una muestra cuantificable de lo que ha hecho en el cuadro inglés. Vilipendiado, sí, pero también demostrando ser capaz de recuperar y desarrollar más y sobre todo mejores formas para poder sobreponerse. Para muestra, algunos ejemplos:

• La evolución de un equipo sin laterales, sino carrileros.
• La posesión como instrumento de intensidad.
• El centrodelantero o “9” como eje asociativo y de referencia para el ensamblado.
• Conformación progresiva y pausada de un plantel que logre, al 100%, lo que se busca sin dejar de ser competitivo.

El fútbol dirá qué es lo que finalmente termina ocurriendo este sábado a las 15 horas (de Chile) entre el Manchester City e Inter de Milán, donde habrá un nuevo campeón. Los de City, quieren coronar su megaproyecto con este título esquivo; los de Milán, quieren volver a sentarse en la mesa de los más grandes de Europa. Lo que ya es un hecho, es que Josep Guardiola, Pep, es, sin duda alguna, uno de los técnicos más grandes de la historia del fútbol.

La estadía de Guardiola estaría marcada por no poder conseguir la Champions League, pero evidentemente sus 82 victorias (sobre 102 encuentros disputados) eran el reflejo de un cambio y, más importante que eso, de que se sentó precedente de que el entrenador español era mucho más que Messi, Xavi y el Barcelona, sino que definitivamente era un pensador y trabajador del fútbol, que estaba destinado a hacer historia (todavía más).