Había mucha especulación respecto a este encuentro, pero no por ver específicamente a los africanos y europeos, sino que por lo que podía suceder con Argentina. Si ganaba Islandia, se le ponía cuesta arriba al conjunto de Jorge Sampaoli. Un triunfo de Nigeria alivianaba un poco las cosas.
Nigeria llegó con lo que había mostrado ante Croacia: con nada. Había realizado una pésima actuación en su debut perdiendo por dos a cero, mostrando claras falencias en juego colectivo y explosiones individuales (Iwobi, Ighalo y Moses).
Por otra parte, Islandia venía de rescatar un punto ante Argentina mostrando un correcto funcionamiento defensivo y tratando de aprovechar las pocas ocasiones que tuvo.
El resumen del primer tiempo fue claro. Islandia dominó por completo a Nigeria. Gilfy Sigurdsson hizo y deshizo en el mediocampo, repartió balones a Bjarnason y Gíslason, siendo este último su principal compañero de conexión en el primer lapso. Los vikingos buscaron el gol mediante centros y trataron de sacar provecho a los peligrosos laterales ofensivos que generaron para que Finbogason y Bodvarsson hicieran los goles. En los momentos que no tuvieron el balón, fueron rápidos en retroceder y defender de la misma manera que contra Argentina, sin dejar espacios y logró opacar la velocidad del rival.
Por su parte, Nigeria fue mero espectador del primer lapso y no daban resultado los cambios que realizó Gernot Rohr respecto al primer partido (Ighalo e Iwobi a la banca por Musa e Iheanacho). Obi Mikel retrocedió para ser volante defensivo y soltó a Ndidi con Etebo; Pasó de un 4-2-3-1 a un 3-5-2 con orientación ofensiva.
Apenas comenzó el segundo tiempo, Musa marca el primer gol de Nigeria (49′). Un lateral ofensivo mal aprovechado por Islandia, se encontraron mal parados y Moses corrió toda la banda derecha para asistir a Musa. Se abrió el marcador y a partir de ahí se vivió otro partido.
Islandia fue otro equipo, perdieron marcas y el mano a mano, quedaron expuestos, perdieron balones a la salida, entregaron mal y no llegaron al arco de Uzoho. Nigeria después del gol creció futbolísticamente, sobre todo con Musa y Moses. Los africanos tuvieron unas cuantas -incluso un travesaño de Ndidi- y llegó lo que se veía venir hace rato, el segundo gol de Musa (75′). Se sacó la marca islandesa y al arquero, se tomó el tiempo y definió.
Fueron dos tiempos totalmente diferentes. Al principio dio la sensación de que el gol de Islandia caía en cualquier momento del partido y Nigeria pidió a gritos el fin del primer lapso. Buscaron juego aéreo a través de centros y el “10” que la rompió en el mediocampo. El segundo tiempo fue de Nigeria 100%. Sacó la velocidad que tenía con Musa y Moses, Mikel como volante defensivo formaba un triángulo con los dos interiores, Ndidi y Etebo, que estuvieron más sueltos y libres. Si en el primer tiempo el equipo irreconocible fue Nigeria, en el segundo lapso el conjunto trastocado fue Islandia.
Foto: REUTERS/Toru Hanai