Bayer Campeón: las claves del primer título del Leverkusen (por @NachoJOsorio1)

Por Ignacio Osorio

Luego de 119 años de historia, y acarreando consigo una serie de desafortunados hechos que habían imposibilitado que el cuadro alemán del Bayer Leverkusen obtuviera títulos, el cuadro teutón se coronó campeón -hasta el momento- invicto de la Bundesliga alemana.

De la mano de un joven técnico como Xabi Alonso, el Leverkusen, ex cuadro de Arturo Vidal, Charles Aránguiz y Junior Fernandes, dio por finalizado el reinado del Munich después de más de una década. El cuadro de las aspirinas finalmente encontró remedio a su sequía de títulos de la mano de un entrenador que, a todas luces, pareciera a ser el llamado próximo gran DT del fútbol mundial y a marcar su propia época. Estas son las claves de un Leverkusen 119 años después como campeón.

Xabi Alonso era el hombre

Todo comenzó la temporada pasada, cuando el Leverkusen, luego de una primera mitad – y sobre todo primeros partidos- desastrosa, dio por cesado al técnico suizo Gerardo Seoane, dando paso al DT vasco, campeón del mundo como jugador con la absoluta de España, Xabi Alonso. De ahí en más, todo fue mejorando paulatina pero considerablemente.

Luego de estos altibajos, y dotado de un estilo de juego de presión alta, sistematización el juego pero sin perder cierto grado de creatividad, el Leverkusen obtuvo la sorprendente cifra de 42 puntos, que no solo lo sacaron de la zona de descenso, también le dieron un sólido pase a la Europa League, lo que ratificaba al vizcaíno como el entrenador acertado para un proceso que, según la propia dirigencia, “no buscaba ser un experimento, sino una experiencia y proceso”.

Y esto quedó refrendado con la no menor participación del Leverkusen en la presente Europa League, competencia en la que se encuentra en pleno ruedo, buscando el también esquivo título internacional que no se da de a mediados de la década de los 90s, cuando ganó un extinta Copa Intertoto, y que a partir de la próxima temporada buscará competir en la máxima instancia de clubes, la Champions League.

Repensar la plantilla (y con ello al club)

El Leverkusen es de esos equipos que desde hace años tiene acostumbrados a propios y extraños a comprar y adquirir a jóvenes promesas, muchos de ellos ni siquiera están, por lo general, de entre los grandes clubes captadores, por lo que terminan siendo verdaderas sorpresas para el resto del fútbol alemán y por supuesto el europeo. Arturo Vidal, uno de sus mejores ejemplos. Pero esta política, tan masificada hace años; primero, no lograba cuajar plantillas sólidas y robustas que dieran al club continuidad no solo clasificatoria, sino competitiva; en segundo lugar, esto ya es algo que incluso equipos como el Real Madrid han empezado a hacer, convirtiéndolo en una tarea cada vez más ardua.

Si bien el Leverkusen sigue apostando por el talento joven, tanto de su cantera por importado, ahora suma esto a la continuidad de jugadores regulares, con una edad media y con experiencia, lo que le permite añadir al apartado técnico-táctico un valor adicional que le posibilita manejar los partidos en los momentos complejos y tener jugadores en momentos mucho más cercanos a sus peaks futbolísticos, físicos y tácticos, dando así una consistencia mayor a lo mostrado en cancha.

Jugadores jóvenes como Frimpong, Wirtz, Exequiel Palacios, entre otros, son el plus a una estructura de nombres conformada por baluartes de la campaña del cuadro de las aspirinas como el lateral izquierdo Grimaldo, el arquero veterano Herdercy y muy buen delantero nigeriano Boniface.

Un fútbol ambicioso e inteligente

Siendo un técnico versátil, Xabi Alonso ha sabido imprimirle un sello propio y profundamente marcado, transformando a este Leverkusen en un equipo intenso, agresivo, desordenado dentro de una estructura y objetivos tácticos definidos, el Bayer se ha convertido en un equipo de excelente trato con el balón, haciendo gala de lo que busca el fútbol moderno siendo muy físico pero también entendiendo que, a momentos, es necesario cierto pragmatismo y que la defensa debe ser tanto o más dura e intensa, sobre todo cuando el rival así lo exige.