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FÚTBOL FEMENINO

Profesionalización (by ProfHelix24 and Rodmol7)

Texto: @Rodmol7

Ilustración: @ProfHelix24

Ya es Ley del Estado. La profesionalización de las ramas femeninas de los clubes del Fútbol Chileno ya es un hecho. En el pleno de la cámara de diputados, y con 143 votos a favor y la abstención del diputado del Partido Republicano, Johannes Kaiser, el proyecto de ley que exige contratos entre las futbolistas del Torneo Nacional y las sociedades anónimas deportivas, por fin vio la luz.

¿Qué implica esta iniciativa de profesionalizar el fútbol femenino chileno?

Sin duda que esta ley no se detiene en el tema de que cada una de nuestras futbolistas tenga un contrato laboral, sino que también encierra todo lo legal que implica la firma del mismo. Se baraja que cada sociedad anónima que administra un club de fútbol profesional, tendrá que desembolsar alrededor de 20 millones de pesos, como promedio, para poder solventar los sueldos de sus respectivos planteles femeninos, algo que sin duda significará un tremendo dolor de cabeza para los dirigentes que tendrán que recurrir a diferentes lugares y estamentos, públicos o privados, para poder obtener los recursos para destinar aquellos pagos.

Pero un contrato profesional no solo involucra la consecución de un sueldo mensual, sino también otros elementos importantes que anteriormente tratamos en anteriores columnas, como por ejemplo, diversos tipos de bonificaciones que son elementales, como lo son los bonos de colación y de locomoción, fundamentales para las jugadoras que se trasladan de una comuna a otra y que deben alimentarse adecuadamente considerando la práctica de un deporte de alto rendimiento. Así mismo, nuestras futbolistas podrán tener la seguridad de que sus cotizaciones (Previsión y Salud) serán pagadas, ya que cada empresa, al existir un vínculo contractual, debe tener la obligación de mantener los pagos, en forma oportuna, de aquellos montos que van en beneficio de un futuro seguro de las jugadoras.

Por otra parte, un contrato profesional asegura que cada futbolista tenga la cobertura necesaria en cuanto al resguardo y tratamiento de alguna lesión o accidente, sea de la gravedad que sea. Hemos visto que en las últimas semanas, algunas futbolistas han sufrido graves lesiones, como son los casos de Emilia Pastrián (Palestino), Antonia Alarcón (Colo-Colo), Catherine Rodríguez y Romina Guerra (Deportes Antofagasta), cuyo tratamiento y recuperación demorará varios meses. Con un contrato laboral, una futbolista que sufre una lesión seria podrá ser atendida en una Mutual, tendrá un porcentaje de cobertura en cuanto a una cirugía necesaria y podrá tener facilidades en cuanto a recurrir a medicamentos e insumos médicos. Los temas de indumentaria e implementación deportiva ya lo hemos tratado antes en cuanto a los derechos que tiene cada futbolista de disponer de aquellos elementos.

Esto ya está causando inquietud en algunos dirigentes y mandamases de las sociedades anónimas. Hace unos días, en el Diario La Tercera, ya algunos de ellos han manifestado que la Ley de Profesionalización del Fútbol Femenino es “mala, no ayuda al fútbol femenino”. Hay temor porque en la actualidad no disponen de una cifra de alrededor de 20 millones y que supone un gasto extra para el presupuesto anual. Los cuatro grandes del fútbol femenino ya iniciaron el proceso de profesionalizar sus ramas desde años anteriores, y a ellos se están uniendo Fernández Vial, Universidad Católica y Deportes Puerto Montt, ¿y el resto?, ¿de dónde sacarán los recursos económicos para cumplir con lo exigido por la Ley? Para algunos de ellos, el Fútbol Femenino significa un cacho y un mal negocio, como lo señaló un alto dirigente en un Consejo de Presidentes, pero al ser Ley del Estado tendrán que arreglárselas para cumplir con lo estipulado. ¿Cómo?, depende de su capacidad administrativa.

A mi juicio, es un error gravísimo lo que algunas voces, que no tienen la capacidad de analizar y de ir más allá de lo meramente informativo (y que se dejan llevar, como siempre, por el aguante y el entusiasmo inicial), que señalan que el fútbol femenino debe separarse del masculino en la ANFP y autogestionarse. Eso significaría un gran alivio para las sociedades anónimas que, justamente, se sacarán el cacho. ¿Tendrán las ramas femeninas la capacidad de autogestión, a sabiendas que la empresa privada, sobre todo la gran empresa, no está para nada interesada en el balompié femenil de nuestro país? Porque no solo estamos hablando de 20 millones mensuales, sino que separarse de los clubes del Fútbol Masculino incluso podría repercutir en que los clubes femeninos no podrían competir en ANFP. ¿Ustedes saben que ANFA, si llegasen a competir allí, fija límites etáreos? El Fútbol Femenino sería sub 23. Crear una Asociación de Fútbol Femenino requiere de la aprobación de los entes miembros de la Federación de Fútbol de Chile, ¿y qué tal si el Consejo de Presidentes de la ANFP se opone a aceptarlas?, ¿Qué tal si ANFA les fija límites?

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Estas son solo presunciones, pero algunas de ellas me han resultado ser correctas.

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