Independiente del Valle, la humilde historia detrás del Matagigantes de América

Por Ignacio Osorio

Ya no es sorpresa para nadie, pero Independiente del Valle se ha transformado en el gran proyecto futbolístico de América del Sur y, junto a lo que hace en Estados Unidos a nivel de liga, uno de los grandes proyectos de todo el continente.

El cuadro ecuatoriano se ha convertido en la gran vedette del fútbol sudamericano, marcando pauta y liderando la gran escalada del fútbol ecuatoriano de la mano de un proyecto marcado por la apuesta a los juveniles, pero no cualquier tipo de apuesta, sino una que incluya una metodología y sistematización para el desarrollo de estos jugadores, entre los cuales se cuentan alguno de los prospectos más prometedores y futuribles de Sudamérica, tales como Moisés Caicedo, Gonzalo Plata, Pervis Estupiñan o el arquero Moisés Ramírez, entre otros.

Los cimientos del Valle

El desarrollo deportivo institucional de Independiente del Valle no se explicaría si no fuese, en todo caso, por la aplicación de una modelo de desarrollo integral, donde por cierto el factor privado es de suma importancia. Pero antes de que el éxito tocara la puerta de los ecuatorianos, la historia era muy, muy distinta.

Los inicios del hoy conocido como Independiente del Valle se sitúan por allá por 1958, específicamente un 1 de marzo, cuando el club fundado por el zapatero, sindicalista y dirigente social José Terán, quien junto a otros amigos zapateros, sastres y carpinteros fundan el Club Independiente, equipo formado a la imagen y semejanza del Club Independiente de Avellaneda, del cual José Terán – líder del grupo- era fanático gracias a las informaciones que llegaban por la época a través de la revista El Gráfico.

Las andaduras del Club Independiente no serían algo destacable desde lo deportivo, pero sí desde lo social, debido a que en la institución servía como refugio y amparo social para diferentes trabajadores y obreros. Pasada la primera parte de la década de los 70s, más precisamente el año 77, lamentablemente José Terán perdería la vida, conminando a sus familiares y amigos a renombrar el club, que por aquellos años peleaba por los últimos lugares de la segunda división ecuatoriana, como Independiente José Terán.

Los vaivenes deportivos del ahora Club Independientes José Terán no habían dejado de estar presentes, de hecho su trayectoria estuvo marcado más por competir en el fútbol semiprofesional ecuatoriano, hasta que volvería al profesionalismo el año 1996 al consagrarse, un años antes, como campeón de la Copa Pichincha.

Independiente José Terán no vería mejor suerte en su estadía en segunda división, al cual más de una vez fue amenazada por la Federación Ecuatoriana por problemas económicos y cumplir con las exigencias económicas de cualquier equipo profesional. Esta crisis, que diez años después de su regreso a segunda lo tenía con un pie entre tercera y la desaparición, sería su salvación.

Independiente… del Valle

La crisis del todavía Independiente José Terán era profunda e incluso mantenerse en segunda división ecuatoriana era extremadamente complejo para la situación económica e institucional del club. Fue ahí, en medio de aquel caos, cuando aparece el empresario Michel Deller, quien se convertiría en el dueño y presidente en la temporada 2007, pero más importante aún, en el salvador de aquel alicaído club. Bastarían dos años para que el club liderado por Deller, quien no solo pagó la deudas del club, sino también invirtió en el desarrollo de juveniles, infraestructura y estabilidad institucional, ascendiendo de la Serie B de Ecuador a la Primera A para la temporada 2009.

Oficialmente, según las actas, la fundación del Club Especializado de Alto Rendimiento Independiente del Valle es 16 de julio del 2014, pero el proyecto, en la praxis, tenía a la fecha algo así como siete años de funcionamiento, lo cual se ve reflejado que, a pesar de ser esa no solo la fecha de su fundación oficial, sino también su primera participación en Copa Libertadores, instancia en la que terminaría tercero en un grupo compartido por Atlético Mineiro, Unión Española y Monagas de Venezuela. De ahí en más, todo serían éxitos nacionales e internacionales para IDV.

Su verdadero objetivo

Los éxitos deportivos están a la luz de la luz de la opinión pública. Finalista de Copa Libertadores en 2016, Campeón de la Recopa Sudamericana y Copa Sudamericana, a lo que suman tres títulos locales y la estabilidad y crecimiento institucional. Pero ese no sería el verdadero objetivo del equipo ecuatoriano, sino la formación y desarrollo de jugadores jóvenes a un nivel integral.

El plan de IDV para la formación de sus jugadores jóvenes es no solo formar futbolistas desde la perspectiva deportiva entregando, a alto nivel táctico-físico, sino también haciendo crecer a los respectivos futbolistas, preocupándose de su desarrollo a nivel educacional, nutricional y psicológico, entregando pautas obligatorias que cada uno de los jóvenes que pertenecen a las fuerzas básicas de este club, como por ejemplo el pasar de manera exitosa todos los cursos de etapa escolar, aprendiendo además inglés a nivel básico o medio con tal de que, en caso de dar el salto tempranamente al extranjero, estén preparados para relacionarse con otras personas, facilitando con ello su adaptación deportiva. Y pareciera que el modelo es exitoso, pues muchos de los formados en el IDV han dado el salto a ligas altamente competitivas – o al menos más que la ecuatoriana-. Nombres como Moisés Caicedo, Pervis Estupiñan, Jhergson Méndez, Gonzalo Plata, Diego y Palacios, entre otros, quienes se han situado en la Premier League, fútbol español, Major League Soccer y Eredivisie, entre otros.