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JUEGOS PANAMERICANOS

Columna: Lecciones Panamericanas

Por Rodrigo Molina.

Alguien dijo por ahí que los recientes Juegos Panamericanos de Santiago 2023 tal vez no fueron los mejores, pero si los más hermosos que se han disputado en este continente. La verdad es que, analizando todo el acontecer de este magno evento, tanto dentro como fuera de él, dejó a la vista muchos aspectos positivos. Con una gran organización, donde hay que sacarse el sombrero ante lo excelso del trabajo que realizó Harold Mayne Nicholls quien, salvo en casos puntuales como el mal demarcado del kilometraje de la Marcha o la filtración de agua que afectó la cancha de Balonmano, lo cual escapa de su injerencia, demostró tener una gran jerarquía además de nunca querer ser protagonista de nada, estos Juegos se transformaron en una instancia de mancomunión social, lo cual contribuyó, con el deporte como pilar central, a aunar diferencias y unir a una sociedad como la nuestra donde la polarización, la intolerancia y el desprecio hacia quienes desean un país más justo y solidario, han querido destruir sus ejes más vitales.

Más allá de las naturales diferencias que puedan existir en cuanto a ideologías y formas de pensamiento, sentimiento y acción, estas dos semanas en que se disputaron los Panamericanos se transformaron en una expresión de felicidad y de esperanza. Fue maravilloso contemplar a un Chile alegre, radiante, cordial, respetuoso y, lo mejor de todo, alejado del odio y del resentimiento que unos pocos (más bien escasos) que no perdieron la oportunidad de buscarle la falla, el desperfecto o el error más mínimo para arrojar todo su veneno a través de declaraciones infundadas y alejadas de la realidad, solo para perjudicar al gobierno de turno que, al revés de lo que esperaban estos seres, salió fortalecido con estos Panamericanos. Más allá del logro de una medalla o la obtención de la misma, cada uno de los atletas y deportistas que participó en este evento sintió el apoyo permanente de propios y extraños, del aliento que sirvió de aliciente para la prosecución de sus logros. Fue grato ver cómo la gente en las calles o en los recintos deportivos le entregaba su gratitud al que llegaba en cuarto lugar (casos de Martín Vidaurre en ciclismo o de Carlos Díaz en los 10.000 metros de atletismo) o expresando su cariño y admiración a todos aquellos que caían vencidos en la disputa por la medalla de oro y tenían que consolarse con la obtención de la medalla de plata. El público, que alcanzó a superar el millón de personas que asistieron a los diferentes recintos deportivos, y muchos más quienes los presenciaron a través de la televisión u otras plataformas, fueron testigos directos de la maravillosa realización de estos Juegos y se convirtieron en el sustento que contribuyó a impulsar la ejecución de los mismos y, a la vez, dar el empujón necesario para que cada uno de los competidores y competidoras alcanzara los objetivos que con anterioridad se habían trazado.

Hace muchas décadas que no contemplábamos un Estadio Nacional repleto, con más de 35.000 personas presentes en el recinto, en la disputa de las diferentes competencias de Atletismo. Nos causaba verdadera tristeza ver, hace años atrás, ver por ejemplo la realización de un evento como un “Orlando Guaita” con el estadio semivacío. Ahora no importó que hubiese un calor que superase los 25° o que cayese una lluvia fría e inclemente. La gente igual se hizo presente con su entusiasmo, con su alegría, con su voz, apoyando sin cesar a nuestros atletas. Hace muchos años que no contemplábamos un partido de fútbol donde estaba presente todo el entorno familiar, donde estaban ausentes los fuegos artificiales, los piedrazos, los insultos racistas, los lienzos, la droga, el alcohol. Un entorno de sana convivencia en torno a una bandera, a una camiseta y a un grupo de muchachas y muchachos que brindaron lo mejor de sí mismos por lograr la meta esperada de ceñirse el oro, y que, ante las adversidades experimentadas en los momentos cruciales, les dijeron “vamos, no se rindan, ustedes pueden, a jugárselas por el oro y por nosotras y nosotros que los hemos venido a apoyar”.

Nuestro país logró su mejor actuación histórica y su mayor obtención de medallas desde que surgió la disputa de los Juegos Panamericanos. 12 medallas de Oro, 31 medallas de Plata y 36 medallas de Bronce, una cosecha total exitosa para el país con 79 medallas. Inolvidables fueron las actuaciones de Santiago Ford en el decatlón, Martina Weil en 400 metros planos, Lucas Nervi en lanzamiento del disco, los Oros obtenidos en karate, o en remo con las mellizas Abraham. Sin embargo, la obtención de las mismas no puede ser el punto final, sino el eje que promueva cambios profundos y sustanciales que estén destinados a mejorar y potenciar a todos los deportes de nuestro país. El escenario vislumbrado durante un par de semanas nos permitió presenciar una obra que, todavía, está inconclusa. Hay muchas cosas que mejorar en nuestro deporte, a todo nivel, en todas las instancias. Algunas personas falsean la realidad, dirigidas por intereses particulares, esgrimiendo que somos potencia. ¿Potencia de qué?, ¿son los mismos o las mismas que han señalado durante lustros que somos un país en vías de desarrollo y que ahora hablan de estancamiento? Los Juegos Panamericanos no solo deben convertirse en un punto de partida para poder ejecutar aquellos necesarios cambios que provoquen que nuestros deportes tengan un progreso y un desarrollo real, y que exista la suficiente gestión, organización y administración que los lleve hacia esa meta y cumplirla.

¿Qué se debe mejorar?

1-. Los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 tuvieron una adecuada difusión y cobertura, a través de diversos medios y distintas plataformas públicas y pagadas, que favoreció su promoción y estimuló la asistencia del público tanto en los recintos deportivos como fuera de ellos. Sin embargo, una vez finalizado los mismos, todo como que volvió a fojas cero, una cruda realidad que afecta a todos aquellos deportes que no gozan de la popularidad que tiene el fútbol. La realidad indica que el resto de los deportes no gozan del interés de los medios de comunicación por promover, cubrir y difundir tanto sus actividades diarias, sus torneos y sus campeonatos. En Chile existe el Canal CDO, perteneciente al Comité Olímpico de Chile, que transmite el acontecer diario del deporte y sus protagonistas, pero se difunde a través de plataformas de pago, muchas de ellas onerosas para los bolsillos del común de las personas. De hecho, VTR, principal plataforma de televisión por cable, no tiene incorporado este canal en su parrilla. En países como Argentina, donde al deporte se le brinda real importancia, su Gobierno, a través de la Secretaría de Medios y Comunicación Pública, creó el Canal DEPORTV como un medio que cubre las diversas competencias deportivas en el país trasandino. Su propósito fundamental es la difusión y el fomento del deporte argentino como promotor de valores para la sociedad.

En nuestro país existen tres canales de televisión abierta, como Telecanal, La Red y TV más. Sus parrillas programáticas incluyen la transmisión de realities, teleseries extranjeras y programas de farándula. Tanto el Ministerio del Deporte como el Comité Olímpico de Chile podría aprovechar la existencia de estos canales llamados “pequeños” para incorporar en su programación la cobertura de diversas actividades y competencias deportivas. Sería una instancia válida (y necesaria) para promover y difundir a nuestros deportes, y que estos sean vistos por millones de personas en forma gratuita y sin tener que pagar altos costos a un cable operador. En vez de estar viendo la WWE o una teleserie mexicana, podríamos estar presenciando un partido de la Liga Nacional de Básquetbol, la Vuelta Ciclista de Chile o un torneo atlético, por ejemplo. Hay que dejar atrás la subcultura del rating y apostar por los beneficios mutuos que podrían lograrse tanto para estos canales abiertos como para quienes dirigen el deporte en nuestro país.

2-. Mucho se ha hablado de Cuba, sus carencias y ausencia de libertades. Diversos sectores políticos han utilizado hasta el hartazgo esta situación como si fuera una bandera de guerra en un campo de batalla. Ahora bien, ¿por qué un país, supuestamente más pobre como Cuba obtuvo mejores resultados que nuestro país en los recientes Juegos Panamericanos, alcanzando 30 medallas de Oro? ¿Por qué un país lleno de carencias como Cuba ha tenido mayores logros que Chile a nivel de Olimpiadas?

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La respuesta es simple. En Cuba, el deporte es vislumbrado como un derecho para las personas, al igual que la educación, la salud, la cultura y el arte. En Chile, el deporte es percibido como un negocio. Dos realidades radicalmente opuestas.

El régimen cubano apuesta por situar al deporte como uno de los pilares fundamentales de la sociedad, y que esté enlazado con otras áreas esenciales en el desarrollo del país como la educación y la cultura. Durante el proceso escolar primario, tanto a niñas como a niños se les enseñan todos los deportes, tanto en teoría como en práctica, y ya pasando a niveles de educación secundaria y de preparatoria, él y la adolescente escoge un deporte y se especializa en aquel. Así se forman grandes deportistas como Javier Sotomayor o Ana Fidelia Quirot, los cuales, siendo atletas, lograron especializarse en una competencia específica (Sotomayor en salto alto, Quirot en pruebas de mediofondo -400 y 800 metros planos-), obteniendo medallas y logros a nivel panamericano, mundial y olímpico.

Según lo expuesto por el portal Puente Alto Renace, En Cuba, la filosofía deportiva es un eslabón de participación masiva en la construcción de una vida sana del pueblo. Hacer del deporte en general, y no de una disciplina en particular, la más rentable para el capital, una actividad amateur, no regulada por el mercado y la sociedad de consumo, con lo cual se le pone fin al lucro en esta actividad social, poniendo fin al elitismo. No en vano, las medallas logradas por los atletas cubanos, supera largamente la de todos los países participantes, si tomamos en cuenta la población de cada uno de ellos. En segundo lugar, y en tanto las comunicaciones muestran las formas de vida de los deportistas en el capitalismo, exclusivo privilegio de pocos; autos de alta gama, las mejores parejas (hombres o mujeres) cotizadas en el mercado, una vida marcada por el consumismo y, particularmente, con una idolatría separatista que los aleja del pueblo, generando en la naturaleza humana de algunos, más el exacerbo comunicacional, expectativas egoístas y de individualismo lejanos al colectivismo y al crecimiento social, logrando que abandonen sin más, las estructuras sociales e institucionales que le dieron formación.

Ahora bien, si no te agrada Cuba, mira hacia otros países, otros continentes. Podríamos haber seguido el modelo de los países de Europa del Este, o de Alemania, de los países nórdicos, o de Australia, o de Canadá. Japón, por ejemplo, da mucha importancia, dentro de su proceso refundacional como nación post Segunda Guerra Mundial, a situar al deporte como un pilar fundamental situándolo como un ejemplo de manifestación de su cultura, promoviendo valores como el respeto, la disciplina, forjando una personalidad enfocada en la identidad como un ser humano que ama a su territorio, promoviendo el juego limpio y enfatizando el espíritu deportivo. En aquel país oriental, se le otorga demasiada importancia al carácter formativo y lúdico del deporte, y he de por sí que exista una relación estrecha con la educación y los establecimientos educacionales tanto públicos como privados, los cuales deben incorporar la práctica deportiva como eje de su currículum y de su organigrama, dotando de la suficiente e idónea infraestructura e implementación para su práctica. Si bien es cierto que el fútbol y el béisbol son sus deportes más populares, los japoneses le otorgan la debida importancia a la práctica de todo tipo de deportes, en especial a aquellos considerados tradicionales y que están vinculados con las artes marciales, muy relacionados con su raigambre histórica y cultural.

¿Cuántas horas a la semana un niño o una niña practica deportes o educación física en los colegios? 2 horas a la semana, y si sumamos los talleres deportivos, añadimos 1 o 2 horas más. Un horario muy escaso para los propósitos de lograr convertir a Chile en una potencia mundial a nivel deportivo. Las niñas, niños y adolescentes del país que desean practicar cualquier tipo de deporte se encuentran con la barrera de que, en Chile, practicar deportes es extremadamente caro y que está lejos del alcance del presupuesto familiar. Imaginemos a un muchacho que vive en Quilicura y que le guste el Golf, su interés va a chocar con los altos precios de los implementos para su práctica (un palo de golf cuesta entre $700.000 y $1.000.000). Pongámonos en el lugar de una niña que vive en Estación Central y que desea jugar Tenis. Su familia tendría que incurrir en gastos altos, como zapatillas, pelotas, raquetas, ropa deportiva, etc., que podrían superar los $200.000 o $300.000. Todo esto sucede porque el deporte es mirado como un negocio, como una instancia para obtener ganancias e incentivar el lucro, y no como un derecho esencial que debería gozar todo estrato social, no solo los más pudientes.

La práctica del deporte no se puede acabar al salir de Cuarto Medio, sino hay que mantenerlo y perpetuarlo. Hay que incentivar la asignación de becas para deportistas infantiles y juveniles para que éstos puedan costear sus gastos cuando ingresen a la Universidad, estableciendo una relación intrínseca entre ambos eslabones. Hay que fortalecer la práctica del deporte en escuelas, colegios y liceos, aumentando las horas de educación física y de talleres deportivos en la semana. Hay que promover las competencias de todo tipo de deportes a nivel escolar, ya sea desde el nivel comunal hasta niveles provinciales, regionales y nacionales. No solo debe promoverse la práctica del deporte con un carácter formativo o lúdico, sino hay que estimular el carácter competitivo de su práctica desde temprana edad.

Desgraciadamente, y recogiendo lo señalado por el colega Jorge Hevia en su twitter personal, el deporte en Chile no es prioridad porque lo politizan. “A los políticos, sin importar que sean del sector político donde pertenezcan, NO LES INTERESA EL DEPORTE, solo lo que genera y su beneficio, sobre todo en lo que respecta a las ganancias monetarias que se puedan obtener”, señaló Coke.

3-. Aquella imagen tan hermosa que nos legó la disputa de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 pudo haber quedado en el suelo por culpa de unos pocos, cuyas decisiones irresponsables contribuyeron a que existiesen bochornos y papelones. Chile perfectamente pudo obtener dos medallas de oro más, pero lo sucedido en el fútbol fue sencillamente vergonzoso. En Fútbol Masculino se cumplió una campaña más que aceptable, con un juego atildado en lo colectivo, una defensa sólida y un ataque en conjunto, lo cual contribuyó a que la hinchada se ilusionase con un posible recambio en la Selección Adulta. En la final se enfrentó al peor Brasil de todos los tiempos, con jugadores poco dotados técnicamente y que poseían una escasa experiencia a nivel internacional. Chile comenzó ganando en la final con el gol de Maximiliano Guerrero y pudo haber ampliado las diferencias en el marcador, pero las penosas decisiones de Eduardo Berizzo, apostando por lo defensivo ante un rival que, pese a ser Brasil, era inferior futbolísticamente, contribuyó a retroceder las líneas cuando era innecesario y darle la posesión del balón a los brasileños, quienes lograron el empate a falta de seis minutos para el final. Sacar del campo a Alexander Aravena, uno de los mejores jugadores de la Roja, fue un pecado. Medalla de Plata con un gusto de decepción absoluta.

Lo sucedido con la Selección Chilena Femenina fue, sin lugar a dudas, el reflejo de lo que sucede en este deporte practicado por mujeres, mirado con desprecio, como un cacho, por quienes lo administran. No puede ser que se cometan tantos horrores a nivel de coordinación. No puede ser posible que las jugadoras tuviesen que trasladarse desde Santiago a Viña del Mar en cada partido disputado, llegando con lo justo a la etapa previa de preparación física. No puede ser posible que no existan los dineros suficientes para otorgarles alojamiento a las futbolistas y cuerpo técnico en algún hotel de la Ciudad Jardín. Las jugadoras hicieron una campaña brillante, y uno entiende prefectamente las razones que conllevaron a la renuncia de Tiane Endler en cuanto a seguir vistiendo la casaquilla nacional, colmada hasta el hartazgo con estas situaciones de índole amateur dentro de un deporte que quieren adjudicarle el mote de profesional con forceps. No puede ser que el ayudante técnico de la Roja Femenina, Manuel González, sea, a la vez, el coordinador de la Selección, cometiendo errores manifiestos como querer confiar en la palabra de los dirigentes de los clubes españoles y no dejar ningún acuerdo estipulado por escrito y con firma legal. Entonces, como no era fecha FIFA, cualquier acuerdo logrado de palabra no iba a tener validez, como fue la situación de la portera Antonia Canales que tuvo que regresar al Valencia en forma urgente tras lesionarse las otras dos porteras de su club. Manuel González hoy fue despedido de su cargo, entre paréntesis.

Ahora, Luis Mena, DT de la Roja Femenina, no se las puede llevar peladas en este bochorno. Es inadmisible que un entrenador planifique la disputa de una final apostando por tener solo una portera. Criticamos a José Letelier por haber hecho experimentos con su equipo durante las Olimpiadas de Tokio, y ahora tenemos que criticar a Mena por haber planificado en base a supuestos. ¿Era necesario convocar a dos porteras desde el extranjero? ¿Acaso en Chile no existen porteras confiables? Es cierto que ni Ryann Torrero ni Natalia Campos tuvieron destacadas actuaciones en la Libertadores Femenina, pero ambas ya tienen experiencia internacional jugando por la Selección. Además hay otras porteras que han mostrado buen nivel en el torneo nacional, como Constanza Barrientos (Universidad Católica), Valeria Rojas (Palestino) o la misma Gabriela Bórquez (Universidad de Chile). Si tanto Karen Araya como Camila Sáez tenían que regresar antes a España, tampoco las hubiese convocado, y hubiese preferido citar, por ejemplo, a Carla Guerrero que ha tenido un notable 2023 o, en vez de Araya, a cualquiera otra futbolista que ha tenido un nivel destacado en la Primera División Femenina, como Millaray Cortés, Valentina Navarrete, Ámbar Figueroa o María Cristina Julio.

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La Roja Femenina cayó con dignidad en la final ante México, con una jugadora de campo como la Cote Urrutia jugando como portera (¡en una final, por Dios!). Las jugadoras se sacaron la modorra y la decepción alentadas por el público que las apoyó en forma incondicional, y solo perdieron gracias a un golazo de tiro libre de Bernal que ni el mejor de los porteros lo hubiese atajado. Otra medalla de plata, con el gusto amargo de las lágrimas y de la desilusión.

El atletismo es el deporte más hermoso que existe a nivel de los deportes olímpicos, ya que fortalece la idea de la perfección del cuerpo humano en la práctica de una actividad deportiva, además de ser uno de los más antiguos históricamente hablando. La percepción que el público tuvo de su disputa era maravillosa, recinto lleno, apoyo constante, emoción a raudales, medallas y logros obtenidos, alegría desbordante. Sin embargo, con el correr de los días se conoció el caso de la Posta 4×400 y el lío del reemplazo de las atletas Poulette Cardoch y Berdine Castillo por una decisión técnica (inentendible si uno contempla las marcas previas obtenidas por las atletas) de parte del entrenador Marcelo Gajardo. Todo técnico responsable de un relevo o de una posta tiene la absoluta potestad de escoger a su equipo de atletas. Lo que se le critica a Gajardo es que desconoció el rendimiento previo de las atletas y el criterio empleado para tal decisión no fue el más idóneo ni oportuno, ya que, tal como lo estableció la atleta Cardoch en su Instagram, “generó desconcentración y desconcierto en un momento fundamental de su carrera deportiva”. El señalar “veía mejor a otras” para tomar la decisión de los cambios en el relevo carece de fundamento, ya que dejó a un lado los criterios de selección que deben tomar en cuenta los logros obtenidos anteriormente y la posición en el ránking. Esto conllevó a que acontecieran discusiones acaloradas y la salida de Gajardo como encargado del relevo 4×400. Inaceptable que Gajardo haya tomado la decisión de hacer cambios en el relevo cuando, por ejemplo, Berdine Castillo estaba preparando su final en 800 metros planos, lo cual pudo haber afectado notablemente su desempeño en pista ya que la dejó afectada psicológicamente, pero igual decidió correr los 4×400, logrando el segundo mejor registro de su equipo en pista.

En una actitud que la enaltece en cuanto a su nobleza, días más tarde, Martina Weil, quien era la capitana del relevo 4×400 reconoció hidalgamente que se sentía demasiado triste por la situación acaecida y pidió perdón por no haber sido mejor capitana. “No tengo más que pedir perdón a mis compañeras de equipo que se hayan sentido así… que se estén haciendo estas acusaciones, que sientan que el proceso haya sido tan poco transparente. Pero por otro lado, siendo que esta es una decisión técnica que se tomó por separado de las atletas, esto viene de arriba, no pasa por nosotras… nos hicieron firmar un documento en el que decía que no podíamos criticar las decisiones técnicas de la federación (antes de poder competir en los Panamericanos que yo firmé, que me obligaron a firmar), señaló la medallista de oro en 400 metros planos.

Con el correr de los días han surgido nuevas acusaciones de nepotismo que han contribuido a desfavorecer a deportistas altamente calificados en beneficio de deportistas menos calificados, algunos de ellos familiares de dirigentes. Casos como en el Surf, el Tiro con Arco y el caso de Ricardo Soto y el Básquetbol 3×3 son algunos ejemplos de casos que se han conocido en estas semanas.

Los atletas, los deportistas son personas nobles, esforzadas, que han realizado muchos sacrificios con tal de forjar sus metas y cumplir con sus objetivos. Niñas, niños y adolescentes de nuestro país los contemplan como un espejo, como un modelo que los incentiva a superarse y a disfrutar de la práctica del deporte, deseando cumplir sus sueños en el futuro. Más de alguna niña quisiese ser una veloz corredora como Martina Weil, algún niño desearía hacer un birdie o un eagle como los que realiza Joaquín Niemann en golf, o algún adolescente imagina hacer los remaches de uno de los primos Grimalt en vóleibol playa. No dejemos que las esperanzas, sueños e ilusiones de nuestras pequeñas y pequeños se esfumen por culpa de malas prácticas, de decisiones absurdas o de percibir al deporte como una forma de obtener dinero o que sea derecho de unos pocos. Incentivemos que el deporte sea para todas y para todos, que sea un derecho inalienable e irrenunciable, incluso para adultos y ancianos. La tenimesista Tania Zeng, con 57 años y que representó a Chile en los Panamericanos, es un ejemplo de ese amor inquebrantable por el deporte que solo el lucro puede hacer pedazos.

Tal vez, en un lejano plazo, se apueste por realizar los Juegos Olímpicos en Santiago. El primer paso debe ser, obligatoriamente, mantener la rica infraestructura que el deporte chileno ha heredado en cuanto a recintos deportivos, y que éstos sean utilizados por la gente, sin distinción de edad, rango o condición socioeconómica. El pueblo chileno merece disfrutar esta valiosa herencia.

Foto gentileza de El Deportivo, de La Tercera.

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