Termocéfalos (by ProfHelix24)

Hace cuatro años atrás, la futbolista Rosario Balmaceda tenía una presentación en Colo-Colo. Proveniente desde la U.de Chile, Rosario, en forma involuntaria, tapó con su cabello la insignia del Cacique. Eso fue suficiente motivo para que algunos termocéfalos insultaran y agredieran verbalmente a la futbolista, incluso llegando a amenazarla de muerte.

Algunos mal llamados “hinchas” creen que el fútbol es una guerra, y pretenden copiar está nefasta realidad que se da en el fútbol masculino, trasladandola hacia el fútbol femenino, sin considerar que son dos realidades totalmente diferentes.

El fútbol femenino tiene otro bagaje valórico, en dónde prima sentimientos como la amistad, incluso entre jugadoras de equipos tradicionalmente rivales. Además, la futbolista femenina ve este deporte como una fuente laboral, lo cual se ha acentuado con el proceso paulatino de profesionalización del futfem.

Casos como el de Constanza Hidalgo o el de Valentina Díaz, quienes han cruzado de vereda y se ha ido a jugar al equipo rival (Hidalgo de Wanderers a Everton; Díaz de Colo-Colo a U.de Chile), y por aquello han recibido insultos de distinto calibre, desde tildarles de amarillas o traidoras hasta epítetos de grueso calibre e irreproducibles, sobre todo en redes sociales, sitio en qué gente enferma expresa su odio y frustración, algo absolutamente condenable.

Solo nos queda condenar estas acciones y apoyar a toda deportista que defiende su trabajo.